Una cosa que tengo clara es que en política se puede ser un inepto, pero no un mentiroso. Es decir, puedes intentar arreglar el país y que tus medidas lo lleven directamente al hoyo pero oye, nadie dirá que no lo has intentado y ahí están las elecciones para darte el pasaporte. Pero lo que no soporto en un político es la mentira y la hipocresía, es poner cara de poker y decir una cosa a sabiendas de que estas pensando la contraria y probablemente al final hagas algo que no se parece ni a una ni a otra.
Claro ejemplo lo vemos en la próxima subida de impuestos que iba a ser «limitada y temporal» y sólo pagarían «las rentas altas» para al final acabar subiendo el IVA (no sabía que las rentas bajas no pagaban el IVA), dejar que Cristiano Ronaldo y compañía sigan pagando porcentualmente menos impuestos que un currito de obra y que esto tenga visos de quedarse así para siempre.
La ciencia en España no necesita tijeras…
De todas formas esta entrada no va de la subida de impuestos, lo he puesto porque está de actualidad e ilustra claramente lo que quiero expresar. Esta entrada surge de una iniciativa de Internet a la que me he sumado y va de la situación de la ciencia en España y del hecho de que el presupuesto destinado a investigación vaya a reducirse este año un 37%.
En un país donde el modelo económico se basa en la construcción y en el turismo de masas a todos los presidentes del gobierno nada más llegados al poder se les llena la boca de decir eso de que «hay que cambiar el modelo productivo» y centrarse en la ciencia. Para después, llegadas las vacas flacas, ponerse a dar dinero a mansalva para levantar aceras que habían sido levantadas hacía unos meses para salvar a las empresas constructoras y maquillar las cifras de paro y luego dar cuatro duros a las empresas que innovan. Además es de traca que se gasten una pasta en carteles en los que se puede ver claramente quién paga la obra, pero hay que pillar las gafas de ver de cerca para ver de que obra se trata (cuando no ocurre que el propio cartel es más caro que la obra en cuestión).
La ciencia en España, mal que nos pese, depende de la financiación pública. Pocas son las empresas que tienen una cultura innovadora e ir a las empresas y hablarles de los beneficios que, por ejemplo, podrían traerles las técnicas novedosas basadas en la inteligencia artificial es un trabajo igual de productivo que predicar en el desierto, lo sé porque lo he sufrido en mis carnes. Recortar los proyectos de I+D, las becas, los contratos de investigadores, etc. en los niveles que se está hablando es volver a caminar hacia atrás después de lo poco que se había avanzado en estos años.
El cachondeo de los ministerios
Sinceramente, una muestra del poco interés que los políticos le dan a la ciencia es el hecho de que aunque tengamos un ministerio propio este parece un cajón de sastre donde meter y quitar cosas. He tenido que tirar de wikipedia para aclarar un poco la cabeza de los cambios de los últimos años: hemos pasado de un Ministerio de Ciencia y Tecnología con Aznar, substituto del Ministerio de Industria de toda la vida, a volverlo a separar de industria y mezclarlo con educación con Zapatero en el Ministerio de Educación y Ciencia. Actualmente existe el Ministerio de Ciencia e Innovación, separado del de educación aunque inicialmente incluía las competencias de educación universitaria. En abril del 2009 estas competencias volvieron al Ministerio de Educación. Si no os habéis enterado de nada no me extraña. Sin embargo el Ministerio de Fomento sigue ahí desde hace más de un siglo con meros cambios estéticos en su nombre. O en tiempos de crisis mantenemos ministerios tan inútiles como los de Igualdad o Vivienda.
Y para el que piense que esta entrada es partidista aquí en Galicia con el PP tenemos más de lo mismo. Lo primero que hicieron nada más entrar fue cargarse la Consellería de Innovación e Industria y mezclarla con Economía en la Superconsellería de Economía e Industria. Vamos, que cada vez que tengo que pedir una ayuda a un organismo público tengo que coger la wikipedia para saber a quién dirigirme. Por no hablar del desmantelamiento del Centro de Referencia e Servizos de Software Libre (Mancomún), mientras seguimos lapidando dinero en la inútil Cidade da Cultura.
A veces,aúnque no sea lo que deberíamos hacer,yo procuro no pensar en estas cosillas,sobre todo para no cabrearme,pero lo que a mí me hace sentirme especialmente indignada es que llego a pensar,que dá igual,osea igual,quien mande,que al final todos son realmente iguales…Y ya dejo otra vez de pensar…Un besiño Edu
El tijeretazo se lo metía yo a algún político y no importa el color…. ¡Qué xentiña!!
¡ánimo Edu! que sé que esto te afecta a ti especialmente, laboralmente hablando… Bueno a todos. Como dicen en el blog de los Rosales: «Si creen que la investigación y la educación son caras, prueben con la ignorancia y la mediocridad»
Bueno, lo que si me ha quedado claro, es a quien tengo que llamar cuando tenga algún papeleo que arreglar y no sepa a donde dirigirme..jijij..un besito de duende
Es que trabajando en la Universidad uno saca callo con la administración pública.
Soy experto en:
* Darme permiso a mi mismo para ir a un viaje
* Volver del viaje y certificar que yo mismo he hecho lo que me había mandado a mi mismo
* Firmar más de cinco veces en una misma hoja (en la que dice cinco veces más o menos lo mismo)
* Pedirle un certificado de mi docencia a la universidad para luego entregárselo a mi universidad que es la que me lo pide (lo que pasa es que el que lo pide no es el mismo que el que lo da, y entre ellos se ve que no se hablan).
* Que la forma de avisar que Internet no funciona sea rellenando un formulario web (y no, no hay teléfono alternativo)
* Que la información sobre la guardería esté en el Vicerrectorado de Calidad y Armonización Europea.
Y así podría estar todo el día