Viendo que el confinamiento que hemos sufrido en estos últimos meses está en vía de desaparición con unas condiciones cada vez más relajadas aprovecho para contaros qué he hecho, fotográficamente hablando, en este periodo.
La Fotografía Macro
Debido a que, para poder disfrutar de la fotografía había que hacerlo en casa, pensé que un tipo de fotografía que venía muy bien para esta situación era la fotografía macro. ¿Y qué es la fotografía macro? pues aquella fotografía en la que el sujeto fotografiado aparece representado sobre el sensor exactamente con el mismo tamaño que tiene en el mundo real (relación 1:1). Es decir, un insecto de 36mm fotografiado con una cámara con un sensor de 36mm ocupará toda la imagen, lo que significa que nuestro escarabajo se verá enorme y con todo lujo de detalles cuando pongamos nuestra foto a pantalla completa. De ahí el nombre «macro» que viene a significar ver en grande sujetos pequeños, viendo detalles que habitualmente nos pasan desapercibidos.
La Técnica de la Fotografía Macro
¿Cómo se toma una fotografía «macro»? Lo más fácil es usar objetivos dedicados a dicha tarea. En caso de no disponer de los mismos existen otras técnicas como el uso de anillos de extensión, fuelles, la inversión del objetivo, etc.
Tubos de extensión
Yo utilicé unos tubos de extensión Kenko muy parecidos a los que se ven en la siguiente imagen. Es una forma sencilla y económica de convertir un objetivo normal en un objetivo macro. Básicamente lo que hacemos con un tubo de extensión es interponerlo entre el cuerpo de la cámara y el objetivo. De esta forma, conseguimos variar la distancia desde el centro del objetivo al plano focal, consiguiendo así reducir la distancia mínima de enfoque. Al poder enfocar sujetos desde más de cerca eso significa que nuestros sujetos aparecerán más grandes hasta conseguir la comentada relación de aspecto 1:1 entre el tamaño del sujeto en la realidad y en tamaño del sujeto en el sensor.

La ventaja de los tubos que he utilizado es que, aunque básicamente son eso, un tubo vacío, estos se caracterizan por tener la electrónica que nos permite mantener la comunicación con la cámara. De esta forma seguimos estando en control de ciertos aspectos de nuestro objetivo, como la apertura o el enfoque automático.
Profundidad de campo
Y hablando del enfoque, este punto es una de las cuestiones más peliagudas en la fotografía macro. En fotografía la profundidad de campo es la distancia por delante y por detrás del punto enfocado que aparece con nitidez en una foto. En una foto normal la profundidad de campo se puede medir en metros habitualmente, en una foto macro la profundidad de campo es normalmente de menos de un milímetro. Esto quiere decir que si le sacamos una foto a un insecto enfocando en su cabeza, el cuerpo del insecto estará completamente desenfocado, como se puede ver en esta magnífica «vacaloura» que pillé en mi jardín no hace mucho.
Vacaloura o Ciervo Volante, también conocido como los «tanques» de Starship Troopers.
Apilado de enfoque
Esta minúscula profundidad de campo forma parte del encanto de este tipo de fotografía, pero en ocasiones quieres que más partes de tu sujeto principal aparezcan enfocadas. En este caso la única solución posible es el postprocesamiento. En concreto una técnica que se denomina apilado de enfoque o focus stacking. Básicamente consiste en coger varias fotos distintas sacadas con distintos enfoques y juntarlas todas en una única foto de tal forma que salga todo enfocado, o al menos el sujeto principal de la misma.
Gracias a Photoshop esto es relativamente fácil de hacer, coges varias imágenes con la misma composición pero distinto enfoque (aquí un trípode es imprescindible) y las abres como capas en Photoshop. En la imagen siguiente se ve la foto de la cabecera de la máquina de escribir. Como las letras están muy cercanas pero no exáctamente en el mismo plano (recordemos que hablamos de profundidades de campo diminutas) algunas estaban enfocadas (el símbolo de la libra) pero otras no (el dólar o la Ñ).

Una vez que las fotos están en Photoshop como capas el proceso es tan sencillo como alinearlas (Edición => Alinear capas automáticamente…), ya que siempre existen pequeñas diferencias entre una foto y otra, muchas veces provocadas por enfocar con un riel como os comentaré más adelante.

Después del alineado viene la fusión de las capas (Edición => Fusionar capas automáticamente…) donde Photoshop fusionará las distintas capas eligiendo por nosotros las partes enfocadas de cada foto.

El resultado es como sigue, cada capa tiene una máscara que deja pasar las partes enfocadas de cada foto y oculta las no enfocadas. El resultado final tendrá una profundidad de campo mayor que una fotografía sola. El nivel de profundidad de campo dependerá de cuantas fotos tomemos. En este caso solo hay dos fotos, una enfocada en el símbolo de la libra y otra enfocada en el dólar, por lo que la Ñ seguirá apareciendo ligeramente desenfocada.

Y el resultado final es el siguiente…
El dólar, la libra, la Ñ, el porcentaje… una alegoría del previsible hundimiento de la economía
El montaje de la fotografía
Una de las razones por la que me decidí a hacer fotografía macro en este confinamiento es porque cada foto tiene un montaje, más o menos complicado, pero que hace que te pases una tarde divertida jugando con las distintas posibilidades de una foto. Y uno de los elementos que ayuda mucho a lograr la foto que quieres es el riel de enfoque. Yo utilizo el siguiente, un riel de enfoque de cuatro vías que nos permite ajustar la composición y el enfoque al milímetro con unos engranajes que mueven el riel con excelente precisión.

En la siguiente imagen se puede ver el montaje para la foto de la máquina de escribir. Era un montaje relativamente sencillo en el que usamos los tubos de extensión y el riel de enfoque para lograr el resultado deseado.
Elementos de la fotografía macro: trípode, tubos de extensión, riel de enfoque y, por supuesto, la cámara y el objetivo.
Fotos de una Pandemia
Herramientas de trabajo
En la pandemia al principio decidí centrar las fotos en las herramientas de trabajo habituales en casa (teclados, ordenadores, lápices, etc.).
Nuestra tecla más particular.
La siguiente fotografía del ordenador fue una de las más trabajosas, ya que en dicha foto mi intención era maximizar el número de elementos que aparecieran enfocados. Al final, dado lo diminuto de los elementos que componían la foto (a los que ya tenemos una edad nos cuesta hasta verlos a simple vista), la broma nos costó 20 fotos con distintos enfoques para su posterior apilado.
El cerebro de la bestia.
La calzada de los gigantes… lápices.
Otra perspectiva jugando más con el desenfoque.
Las puntas de los lápices, sólo después al revelar la foto vi que uno de ellos no tenía punta… 😦
Herramientas de ocio
Luego nos centramos en el tema del ocio, y en este confinamiento Netflix y Amazon Prime Video se han llevado la palma. El mando es el de la tele de la cocina y lo más complicado de la foto fue conseguir que los botones lucieran impolutos 😅.
El ocio nos ayudaba a pasar esos días tan largos de confinamiento, y qué mejor forma para mostrar de forma simbólica el lento devenir del tiempo que mostrar un reloj y su mecanismo interno.
Time goes by so slowly…
El coronavirus
Luego vino la palabra de moda. Bueno, en realidad la palabra de moda es «coronavirus», pero en el diccionario aún no viene. Es posible que en próximas ediciones sí aparezca, dado la prevalencia de la misma en las noticias diarias. Aquí el desenfoque, igual que en las fotos del mando de la TV, era nuestro aliado, ya que queríamos concentrar la atención en una zona en concreto de la fotografía.
Objetos naturales
Y cuando hemos acabado con los objetos artificiales, nos pasamos a los objetos naturales. En principio es fácil de hacer con aquellos que no se mueven, como las frutas o los granos de café.
Apple, pero no el que vale de mil lereles para arriba…
Casi hasta se puede oler desde aquí…
Bueno, lo de fácil es un decir porque al no poder salir de casa y estar todas las tiendas cerradas ¿de dónde sacas un saco de granos de café? Los granos es fácil, que las tiendas estuvieron abiertas, pero para el saco tuvimos que improvisar una pequeña tela, de escasamente 5x5cm y que estaba en un ramillete de flores secas proveniente de alguna boda lejana en el tiempo. A que os he engañado y pensabais que la foto venía directamente de un saco de café de Juan Valdés… 😜.
La perspectiva lo es todo…
Y la vuelta de tuerca final es pasar de los objetos inanimados a los animados. Aquí no hay focus stacking que valga porque los puñeteros tienen la mala manía de no quedarse quietos. Así que el truco está en centrar el enfoque en los ojos del sujeto (que es en donde reside su alma) y olvidarse un poco del resto.
A ésta que el tiempo pase lentamente no parece afectarle mucho…
Y si tenemos que centrarnos en los ojos del sujeto, por qué no hacer que el sujeto sea el ojo. Aquí lo difícil fue conseguir la colaboración del modelo, que tenía mejores cosas que hacer con el Minecraft.
El Gran Hermano te vigila…
Y esto fue todo, ahora que estamos en fase de desconfinamiento y se puede salir a pasear por ahí lo de hacer fotos encerrado ya no tiene mucho sentido, así que dejaremos descansar los artilugios del macro y nos pasaremos a otro tipo de fotografía. Seguiremos informando…