En recuerdo de Diego…

Hace ya un año que el pequeño Diego decidió marcharse para el cielo antes de tiempo, y no por voluntad propia sino debido a una negligencia inadmisible en los tiempos que corren y menos aún en un colegio que se vanagloria de ser de los mejores de España. Y por mucho que se les llene la boca ahora hablado de «accidentes» pienso que, como decía esta maravillosa carta, ¡Si se puede evitar, no es un accidente!.  Y es que estos «accidentes» surgen muchas veces como un cúmulo de casualidades pero en cuya causa última están las precarias condiciones de trabajo, los contratos sin la titulación adecuada, el incumplimiento de las leyes y la laxitud o incompetencia de las administraciones que las tienen que hacer cumplir.

Pero no quisiera que esta entrada destilara mala leche y me apetecía escribir algo bonito para Diego en el aniversario de su partida, como se que no tengo mucha alma de poeta he preferido tirar de uno de mis hobbies y dar algún dato más del lugar del cielo al que se ha decidido ir a vivir, un lugar que, aunque a primera vista parece discreto, es un lugar tan especial como lo era Diego. Especial ¿por qué? pues ahora lo veréis…

1. Un lugar entre las estrellas más brillantes del cielo

A pesar de irse a vivir a una pequeña estrella (es lo que tiene ser de los últimos en llegar), ha elegido uno de los mejores sitios del cielo ya que siempre está visible y no se oculta ni en verano ni en invierno (como le ocurre a la mayoría de estrellas). Además está entre las dos principales constelaciones del hemisferio norte (la Osa Menor y la Osa Mayor) fácilmente reconocibles e identificables. Pero es más, si trazamos una línea recta entre las dos estrellas más brillantes de estas constelaciones (la Estrella Polar y la estrella Alioth) podemos comprobar que pasa justo por encima de su estrella.

2. Una estrella casi igual al sol

El tipo espectral de la estrella es G5, lo que hace que sea una estrella muy parecida al Sol, lo que le hará sentirse como en casa. El caso es que es un poco más fría así que tendrá que acordarse de abrigarse bien. Solo el 10% de las estrellas que vemos son de este tipo.

3. Una estrella ideal para la vida

Un hecho generalmente desconocido que la gran mayoría de las estrellas de la galaxia no son estrellas solitarias, como el sol, sino más bien estrellas dobles (o incluso triples, cuádruples, etc.). Es más se estima que el número de estrellas dobles debe rondar los 2/3 de las mismas, aunque es algo difícil de probar ya que es complicado saber si una estrella es doble o no. Sin embargo, la estrella del duende no sólo es una estrella casi idéntica al Sol sino que es también una estrella solitaria.

Estas características (estrella solitaria de un tipo espectral similar al Sol) implican un aspecto muy importante, se trata de una estrella ideal para que exista un planeta en el que pueda haber vida. En estrellas más luminosas como las gigantes azules no existe la estabilidad necesaria para que llegue a formarse la vida, y en las estrellas binarias las órbitas de los planetas serían tan excéntricas y con cambios tan bruscos en las condiciones de habitabilidad que probablemente harían imposible la presencia de cualquier tipo de vida. Así que nuestro pequeño amigo es probable que esté bien acompañado.

4. Una estrella que no hace mucho estuvo muy cercana a ser la «estrella polar»

Un hecho habitualmente desconocido es que La Tierra, además del movimiento de traslación alrededor del Sol y el de rotación sobre su eje tiene un tercer movimiento conocido como precesión. Esto significa ni más ni menos que la tierra gira como una peonza en el espacio, haciendo que su eje de rotación trace un círculo en el mismo, tal y como se muestra en la siguiente figura.

El hecho de que no seamos conscientes de este movimiento es debido a que La Tierra tarda 26,000 años en dar un giro completo a su eje de rotación, por lo que lo que habitualmente percibimos es que el eje de La Tierra apunta a un punto fijo en el espacio, en nuestra era se trata precisamente de la Estrella Polar. Pero esto no ha sido siempre así, es más, se cree que las pirámides de Egipto están alineadas hacia la estrella polar de su época, la estrella Thuban. De esta forma, cerca del año 2,000 antes de Cristo la estrella del duende era una de las estrellas del firmamento más cercana al Polo Norte Celeste, una posición auténticamente privilegiada desde nuestro punto de vista.

En la siguiente imagen vemos la posición de la estrella (el punto rojo encima del valor -2000) en el círculo imaginario que el movimiento de precesión traza por el cielo

Como veis esta pequeña y discreta estrella tiene sus razones para ser «única», igual que el pequeño Diego lo era para su familia y ahora lo es para todos nosotros.

Nuestro duende ya tiene su estrella

Pues parece que ya hemos descubierto en que estrella del cielo está nuestro duende, se trata de una estrella muy similar a nuestro Sol (para sentirse como en casa) situada en la cola de la constelación del Dragón (al parecer siempre le ha gustado eso de subirse en dragones) y colocada en una posición privilegiada en el cielo, justo en medio de la Osa Mayor y la Osa Menor (me parece que también le gustan los ositos). Os adjunto una imagen en la que el círculo marca la posición de la estrella.

Alguno dirá ¿pues yo en ese círculo no veo nada? y es que lo que pasa es que no es una estrella visible a simple vista (su magnitud aparente es de 7,53 cuando el límite de visibilidad a simple vista es 6). Pero es que al parecer las estrellas más visibles ya están pilladas y los últimos en llegar tienen que ir cogiendo las que queden libres. De todas formas la estrella es visible con telescopio o con unos buenos prismáticos y un trípode. Aunque es imprescindible que la noche sea despejada y hay que alejarse de las luces de la ciudad.

Por si alguno la quiere localizar os daré un par de consejos sobre cómo hacerlo ya que es muy fácil al estar en una de las zonas más conocidas del cielo. En primer lugar quitaremos los dibujos de las constelaciones para ver mejor las estrellas y nos centraremos en las dos Osas (la mayor y la menor). Como popularmente se sabe, la alineación de dos de las estrellas de la osa mayor (también llamada el carro) permiten localizar muy fácilmente a la Estrella Polar en la cola de la osa menor.

Usando la misma técnica de alineamientos es realmente sencillo encontrar la estrella del duende. Por ejemplo podemos alinear la estrella polar con la estrella Alioth (una de las más luminosas de la osa mayor). La estrella estará donde esta línea imaginaria se cruza con la larga cola de la constelación del Dragón, una de las constelaciones más grandes que existe aunque sus estrellas son tenues si las comparamos con las de las dos osas. En concreto la estrella estará un poco por debajo de la estrella Kappa Draconis (esta sí visible a simple vista).

Otra posible alineación sería cogiendo los extremos de los dos cuadrados que conforman las osas tal y como se muestra a continuación:

Hagamos ahora un poco de zoom para ver mejor la estrella, está situada en el círculo rojo y es la de en medio del grupo de tres estrellas (se ve que ya ha tenido tiempo de hacer un par de amigos).

Aumentando aún más el zoom vemos la pequeña estrella blanca junto a sus colegas y que viajan por el cielo bajo la atenta mirada de Kappa Draconis, el profesor que vigila que estas estrellas jóvenes se comporten en el cielo como es debido.

Todas estas imágenes se han obtenido con el magnifico software Stellarium, que podeis descargar de forma gratuita si estáis interesados. La estrella se encuentra fácilmente pulsando F3 y tecleando su código «HIP 63288».

Un beso para el cielo y un abrazo muy grande para Vane a la que todos le deseamos una Feliz Navidad, y esperamos haber puesto nuestro granito de arena para alegrarle el ánimo en estas fechas tan señaladas, aunque sólo sea un poco.