Educación para la ciudadanía en tiempos del franquismo

Hoy en día mucha gente se tira de los pelos con la asignatura de «Educación para la Ciudadanía» con el argumento de que el único fin de la asignatura es adoctrinar a las masas con los postulados del gobierno. Algunos llegan a los extremos de conseguir que sus hijos no se gradúen de la ESO con tal de que no pongan sus manos en los libros de tal maligna asignatura.

Sin embargo, no hace mucho tiempo los libros sí estaban cargados de ideología, repitiendo sin cesar el mismo mantra: exaltamiento de lo español, de lo cristiano y, como no, del alzamiento franquista. El libro en cuestión que os comento en esta entrada es «El Parvulito» (entrañable palabra hoy en día en desuso) de la Editorial Miñon S.A. (ISBN 84-355-0317-8) y cuyo autor era Antonio Álvarez Pérez, un maestro autor entre otros de la conocida Enciclopedia Álvarez (una serie de libros de texto para la escuela). Todos estos libros estaban plagados del proselitismo del régimen, pero como el propio Álvarez afirma en una entrevista «O decías lo que ellos querían o le encargaban a otro la tarea».

El libro estaba destinado para niños de 6 a 7 años, aunque yo creo que lo usé antes de la EGB, aproximadamente con 5 años. Y aunque por aquel entonces Franco ya estaba a dos metros bajo tierra, estábamos en plena transición y supongo que las autoridades no estaban muy por la labor de andar retocando la enseñanza. Así que utilizábamos un libro cuya edición era del año 1967.

Recientemente pude rescatar el libro del fondo de un armario en casa de mis padres y me ha parecido interesante compartir como era la Educación para la Ciudadanía en la época del franquismo. Empezamos por la portada del mismo (pinchar en las imágenes para ampliarlas).

Al abrir el libro lo primero que llamaba la atención era la variedad de temas que trataba, pasaba de un capítulo a explicarte la historia de Adán y Eva, y en el siguiente te explicaba la vida de los hombres de las cavernas, sin percibir siquiera la aparente contradicción de ambas entradas. Si atendemos al índice vemos que el tema religioso se intercala sin rubor con el tema histórico llegando a constituir el 22% del libro (12 entradas de 54).

Pero las entradas de temática religiosa no tienen nada de particular, nada que no pueda encontrarse en un libro de religión hoy en día. Las entradas de ciencias y naturaleza tampoco tienen nada de particular, la verdadera chicha está en las entradas dedicadas a la historia, las cuales destilan la ideología franquista por los cuatro costados. Empezamos por lo mejor…

Franco y el Glorioso Alzamiento Nacional

Como podéis ver, el peloteo a Franco era descarado, sólo les faltaba decir que era guapo, medía 1,90 m. y sus pedos olían a agua de rosas.

La del Glorioso Alzamiento Nacional creo que es la mejor página del libro: salvapatrias que acuden a salvarnos a todos de una forma muy peculiar, a cañonazos de tanque y bombardeándonos por el aire… y todo porque algunos rojos habían decidido continuar la fiesta de las fallas con la iglesia del pueblo. Menos mal que los españoles nombraron a Franco Caudillo para que nos gobernara porque nosotros no sabíamos hacerlo solos.

El imperio y los Reyes Católicos

Viajando hacia atrás en el tiempo pasamos a la época del glorioso Imperio Español herencia de los Reyes Católicos. Como vemos la gloriosidad de esa época se debe sin duda a que los reyes eran muy cristianos… bueno, seguro que el hecho de tener un continente entero que saquear a gusto también contribuyó a la grandeza de España.

De los Reyes Católicos que más se puede decir aparte de que llevan su religión en su nombre… pues que se dedicaron a expulsar a los judios ya que estos (mira tú que cosas) no querían hacerse cristianos.

La Reconquista

El apartado de La Reconquista era muy jugoso como para dejarlo pasar de rositas… caballeros cristianos a espadazo limpio con los moros infieles a mayor grandeza de España. Tenemos a Fernando III el Santo, un rey tan bueno que no dudaba en patear a caballo a todo moro que se le cruzara por delante.

El hecho curioso es que la tumba de este rey está grabada con inscripciones en hebreo y árabe, y que, como cuentan aquí,  el mismo se hacía nombrar «rey de las tres religiones», una denominación muy significativa de la voluntad de gobernar sobre una sociedad caracterizada por la diversidad. Otra curiosidad es que su cuerpo incorrupto se guarda en la capital de Sevilla, en este enlace podéis ver las imágenes.

Finalmente El Cid, el prototipo de caballero cristiano que se pasaba el día matando moros a mayor gloria de Cristo. ¡ Qué bonita historia ! no dejemos que la realidad nos la estropee. Una realidad en la cual El Cid era más bien un Señor de la Guerra independiente que tan pronto estaba luchando contra los moros como se aliaba con ellos para luchar contra algún rey cristiano

En fin, no pretendo juzgar al libro, la verdad es que estaba muy bien escrito para el público al que estaba destinado, y en cuanto a los contenidos supongo que en esa época no eran opinables. Pero espero que le haga ver a algunos lo que era el verdadero adoctrinamiento a la ideología de un régimen en un libro de texto.